Amanece en Chiang Rai al norte de Tailandia y nos levantamos temprano porque tenemos cosas que hacer. Esta ciudad del norte es ideal para sentir el verdadero carácter de la gente de las montañas y disfrutar de los alrededores, nada que ver con otros puntos masificados de Tailandia. Pero nos tenemos que marchar e ir a la frontera de Tailandia para cruzar a Laos, el país vecino y destino principal de nuestro viaje a Asia. La noche anterior hemos investigado y ya tenemos localizada la estación de autobuses por lo que nada más levantarnos ponemos rumbo a la misma. La intención es salir muy temprano ya que el trayecto hasta Chiang Khong, la pequeña localidad fronteriza con Laos, dura unas dos horas en autobús.
Pero perdemos por poco el autobús de las 8 de la mañana así que nos toca esperar 45 minutos hasta el siguiente bus hacia la frontera. Empezamos mal porque mi intención para esa mañana era cruzar a Laos y montarnos en una barca para bajar el Río Mekong durante dos días. Si queréis hacer lo mismo que yo tenéis que llegar a Xuay Xai en Laos antes de las 11:30 de la mañana porque a las 12 de la mañana salen las barcas con destino a Luang Prabang y si no las pillas te quedas atrapado un día allí. Exactamente lo que nos pasó.
Como cruzar la frontera de Tailandia-Laos El viaje en bus es muy tranquilo y vamos disfrutando del paisaje y de las escenas cotidianas de la gente. La verdad es que tiene poco historia cruzar esta frontera, aunque es especial y una de las más usadas de la zona ya que es rápida y está por medio el gran rio mekong. Una vez llegáis en autobús a Chiang Khong, tendréis que pillar un tuk tuk ( 30 baths por persona, menos de 1 euro) que te lleve al río y allí encontrareis el puesto fronterizo tailandés. Entregas tu pasaporte y en pocos minutos listo. Te vas al embarcadero, pagas unos baths ( 40 baths por persona, 1 euro) y te montas en una lancha hasta la otra orilla. En menos de 5 minutos ya estás en Laos y solo te queda rellenar unos papeles, una foto tamaño carnet y pagar 35 dolares para que te den la visa on arrival de un mes de duración. Así de sencillo. Pero el encanto de cruzar en barca de un país a otro, verte rodeado de tanta vegetación, de montañas, hace que la experiencia sea inolvidable. Y muy fácil para cualquiera.
Una vez pasados todos los trámites cambiamos nuestros primeros kip laosinaos, la moneda local, junto al puesto fronterizo y no sabemos donde meterlos. Tengo tal cantidad de billetes que por un momento me creo que soy rico, algo muy común en los extranjeros que vienen y se asientan en este país donde el nivel de vida es muy bajo y tiene una libertad económica más que discutible. A pesar de ello su economía va creciendo gracias al turismo principalmente.
Huay Xai, la pequeña ciudad fronteriza
Huay Xai es una población pequeña y que ha crecido gracias al puesto fronterizo y al trasiego de turistas que pasamos por allí, ya sea para explorar el norte de Laos, ir a China o para embarcarse en barcazas hacia el sur. Los dólares mandan. No hay mucho que ver allí la verdad, así que intentamos irnos al embarcadero donde salen los barcos para Luang Prabang pero lo han puesto demasiado lejos ( a conciencia) y no damos con él ya que el calor y el peso de las mochilas se nota. Preguntamos en las agencias de la calle principal y nos dicen que ya han salido los barcos del día ( mentira), que hay que esperar al día siguiente. Son las 12 del mediodía y aunque nos da rabia, nos vamos a tener que quedar en Huay Xai a hacer noche, el destino manda. Contratamos en una agencia el trayecto para el día siguiente y nos vamos a buscar alojamiento decente. Os recomiendo reservar directamente en la ciudad y ver in situ el lugar para no llevaros sorpresas, al menos en gran parte del sudeste asiático.
En la calle principal buscamos un alojamiento, el Gateway Villa Hotel, que se ve limpio, con aire acondicionado y wifi y nos vamos a almorzar junto al mekong. Y hete aquí que vemos pasar las barcazas que intentamos reservar hace una hora. Nos han engañado como chinos, bueno, como occidentales pardillos diría yo ya que hasta que las barcazas no se llenan, no salen. Se ve que la agencia tenía ya su cupo cubierto y se han asegurado el pasaje para el día siguiente. Y pasar un día en la ciudad deja dinero en alojamiento, comida, compras….. por lo que les conviene retener al visitante. Primer cabreo del viaje. 
Como os decía comemos junto al rio en el Riverside Houay restaurant, con una gran terraza con vistas impresionantes a la orilla Tailandesa. Me pido una sopa picante Tom Yam Goong ( pica a más no poder, si, pero se disfruta en el momento y se padece al día siguiente) que aunque sea típica de la gastronomía tailandesa, aquí la hacen igual, para algo son vecinos de menos de 400 metros. Y también nuestra primera BeerLao de las muchas que caerían en el viaje. Por un dolar beberse una de estas cervezas fresquitas es de lo mejor que te puede pasar en Laos…
Que ver En Huay Xai
No os voy a mentir ni a contaros lo maravilloso de esta ciudad porque no lo es, como casi todas las ciudades fronterizas, aunque al menos guarda cierta tranquilidad y es agradable pasear por su calle principal, llena de agencias de viajes, pensiones baratas y restaurantes para turistas que van de paso. Como os he dicho no es una ciudad donde haya mucho que ver, más bien poco y me quedé porque no tuve más remedio. Pasear por su calle principal, respirar su pausado ambiente, mezclarte con los locales, comer y beber en algunos de sus restaurantes y visitar un bonito templo cuyo acceso está en la calle principal. El Wat Jom Khao Manilat es el templo budista más importante de la ciudad y se accede a él por una preciosa Naga o escalera decorada con serpientes, tan típica de algunos países asiáticos. 
Construido en teca en 1880 guarda una estela de 1458 y muchas de las pinturas del exterior fueron subvencionadas por laosianos refugiados en el extranjero. Es muy agradable de ver. Su situación en lo alto de una colina da para unas estupendas vistas del mekong y de la vecina Tailandia pero sobre todo para ver la vida de los monjes, oir sus oraciones, ver como viven y hasta para hablar con ellos. Y no veo ni un turista, cosa que me alegra. Allí nos ocurre la primera gran experiencia del viaje: conversar largo y tendido con estos jóvenes novicios, deseosos de practicar su inglés con los visitantes, contándonos como es su modo de vida y acribillándonos a preguntas para saciar su curiosidad de un mundo exterior que quieren conocer mejor.
La cena de esa noche la hicimos en el Restaurante Muang Neur, un local recomendado por la Lonely Planet pero no me gustó ni la comida ni el grupo de americanos gritones y borrachos que había junto a nosotros. Un poco de arroz con pollo y unos noodles con verduras pero no les vi nada especial.
Alrededores de Huay Xai
Huay Xai está en la provincia de Bokeo, una de las menos pobladas del país y donde la vegetación selvática y los ríos son sus principales protagonistas. A pesar de ser en extensión pequeño, aquí conviven 34 etnias diferentes por lo que explorar los alrededores para conocer a esta gente es una de las principales razones por la que los turistas venimos aquí. Al ser punto de partida para el selvático norte y el sur, hay multitud de opciones que os resumo a continuación:
– Bajar en barca hacia Luang Prabang, la antigua capital Laosiana.
– Gibbon Experience, un proyecto que ayuda a recuperar especies protegidas como el gibón. Se duerme en cabañas en los árboles y supongo que debe ser una buena experiencia. Algo cara, eso sí.
– Excursiones para visitar poblados de las colinas cercanas como el de Ban Nam Sang.
– Visitar la ciudad de Souvannakhomkham, con más de cuarenta yacimientos arqueológicos.
– Viajar hacia el norte: China, Phongsali o al espacio natural protegido de Luang Nam Tha, ideal para hacer rutas de trekking por la jungla y conocer las tribus étnicas que allí habitan.
Información de interés
– Visado turista de 30 días para entrar a Laos: 35 dólares + 1 si es fin de semana. Pasaporte en vigor y una foto tamaño carnet.
– Barcazas a Luang Prabang todos los días sobre las 12 del mediodía.
-Donde comí: Probamos el Restaurante Riverside Houay: abundantes platos laosianos y tailandeses a orillas del Mekong. a unos 5 euros por persona. Muy recomendable. Y para cenar el Restaurante Muang Neur, que ofrece comida laosiana. Bien sin más. El baño es un ecosistema en si mismo.
– Donde dormí: en Gateway Villa Hotel. En la calle principal, cerca del puesto fronterizo. Habitación doble amplia con baño y aire acondicionado, wifi y desayuno. 14 euros.
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